

Apareció en el año 1978 en la plaza de la Catedral, en pleno Barrio Gótico, en el mismo emplazamiento de un antiguo mercado de comida municipal. Desde entonces, sus más de veinte puestos recogen objetos curiosos datados de otras épocas. La meta de este negocio es despertar un “interés cultural a través de la labor de recuperación que realizan los comerciantes de nuestro mercado”, tal y como se explica en su web. Allí podremos encontrar objetos de gran valor histórico, como relojes, acciones, estilográficas, vajillas o joyas. También veremos muñecas de porcelana, cámaras de fotos, artículos de plata, fotografías antiguas en blanco y negro, joyas, libros descatalogados, postales, candelabros, cromos, sifones, planchas de hierro antiguas, molinillos de café, carteles, sellos y monedas, entre otros muchos productos. Los precios son muy variados, desde los más exclusivos hasta los más económicos.